ECUACIONES EN DERIVADAS PARCIALES, FUNDAMENTO DEL CALCULO
ECUACIÓN EN DERIVADAS PARCIALES
En matemáticas una ecuación
en derivadas parciales (a veces abreviado como EDP) es
aquella ecuación diferencial cuyas incógnitas son
funciones de diversas variables independientes, con la peculiaridad de que en
dicha ecuación figuran no solo las propias funciones sino también sus
derivadas. Tienen que existir funciones de por lo menos dos variables
independientes.1
O bien una ecuación que involucre una función matemática de
varias variables independientes y
las derivadas parciales de respecto
de esas variables. Las ecuaciones en derivadas parciales se emplean en la
formulación matemática de procesos de la física y otras ciencias que suelen
estar distribuidos en el espacio y el tiempo. Problemas típicos son la
propagación del sonido o del calor, la electrostática,
la electrodinámica, la dinámica de fluidos, la elasticidad, la mecánica cuántica y muchos otros. Se las
conoce también como ecuaciones diferenciales parciales.
Participaron, al inicio, en su estudio los franceses d'Alembert, Fourier, matemáticos de la época
napoleónica.
TEOREMA FUNDAMENTAL DEL CALCULO
El teorema fundamental del cálculo consiste
(intuitivamente) en la afirmación de que la derivación e integración de una función son operaciones inversas.1
Esto significa que toda función acotada e integrable (siendo continua o
discontinua en un número finito de puntos) verifica que la derivada de su
integral es igual a ella misma. Este teorema es central en la rama de las matemáticas denominada análisis matemático o cálculo.
El teorema fue fundamental porque hasta entonces el
cálculo aproximado de áreas -integrales- en el que se venía trabajando
desde Arquímedes, era una rama de las matemáticas que se seguía
por separado del cálculo diferencial que se venía desarrollando por Isaac
Newton, Isaac Barrow y Gottfried
Leibniz en el siglo XVIII, y dio lugar a conceptos como el de las
derivadas. Las integrales eran investigadas como formas de estudiar áreas y volúmenes, hasta
que en ese punto de la historia ambas ramas convergieron, al demostrarse que el
estudio del "área bajo una función" estaba íntimamente vinculado al
cálculo diferencial, resultando la integración, la operación inversa a la
derivación.
Una consecuencia directa de este teorema es la regla
de Barrow,2
denominada en ocasiones segundo teorema fundamental del cálculo, y
que permite calcular la integral de una función utilizando la integral indefinida de la función al ser
integrada.
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