GEOMETRÍA NO EUCLIDIANA, GEOMETRÍA PROYECTIVA
GEOMETRÍA NO EUCLIDIANA
Se denomina geometría no euclidiana o no euclidiana, a cualquier sistema formal de geometría cuyos postulados y proposiciones difieren en
algún asunto de los establecidos por Euclides en
su tratado Elementos. No existe un solo sistema de
geometría no euclídea, sino muchos, aunque si se restringe la discusión a
espacios homogéneos, en los que la curvatura del espacio es la misma en cada
punto, en los que los puntos del espacio son indistinguibles, pueden
distinguirse tres formulaciones1
de geometrías:
- La geometría
euclidiana satisface los cinco postulados de Euclides y tiene
curvatura cero (es decir se supone en un espacio plano por lo que la suma de los tres
ángulos interiores de un triángulo da
siempre 180°.).
- La geometría
hiperbólica satisface sólo los cuatro primeros postulados de
Euclides y tiene curvatura negativa (en esta geometría, por ejemplo, la
suma de los tres ángulos interiores de un triángulo es inferior a 180°).
- La geometría
elíptica satisface sólo los cuatro primeros postulados de
Euclides y tiene curvatura positiva (en esta geometría, por ejemplo, la
suma de los tres ángulos interiores de un triángulo es mayor a 180°).
Todos estos son casos particulares de geometrías riemannianas, en los que la
curvatura es constante, si se admite la posibilidad de que la curvatura
intrínseca de la geometría varíe de un punto a otro se tiene un caso de
geometría riemanniana general, como sucede en la teoría de la relatividad general donde
la gravedad causa una curvatura no homogénea en el espacio-tiempo,
siendo mayor la curvatura cerca de las concentraciones de masa, lo cual es
percibido como un campo gravitatorio atractivo.
GEOMETRÍA PROYECTIVA
Se llama geometría proyectiva a la rama
de la matemática que estudia las propiedades de incidencia de las figuras geométricas, pero abstrayéndose
totalmente del concepto de medida. A
menudo se usa esta palabra también para hablar de la teoría de la proyección
llamada geometría descriptiva.
ÉRARD
DESARGUES
es el iniciador de la geometría proyectiva, pues
fundamentó matemáticamente los métodos de la perspectiva que habían
desarrollado los artistas del Renacimiento,
y aunque su trabajo fue publicado en 1639, pasó desapercibido durante dos
siglos (excepto dos teoremas), ensombrecido por la influyente obra de Descartes.
En el siglo XIX,
la geometría proyectiva y la geometría hiperbólica, se establecieron dentro de
las matemáticas, pero lo que acabó de enraizarlas, posiblemente, fue hallar un
modelo analítico. Dentro del contexto de la geometría euclidiana-cartesiana se
puede construir la geometría proyectiva y, si se acepta la primera, hay que
admitir la segunda.
Este proceso finalizó definitivamente a principios del
siglo XX, pues Einstein, apoyándose en los exhaustivos desarrollos
geométricos de los matemáticos del siglo XIX, consiguió demostrar que, a gran
escala, el universo se puede interpretar mejor con estas nuevas geometrías
que con el rígido espacio euclidiano.
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